Hola de nuevo!
Como todos los lunes, hoy toca receta. Esta semana os traigo una de esas elaboraciones que entran del grupo de los «básicos».
La mermelada, de cualquier sabor, es algo que podemos preparar cuando la fruta está en temporada y utilizar a lo largo de todo el año.
En este caso, ahora que aún hay fresas en nuestros supermercados os propongo preparar una deliciosa mermelada casera, ideal para desayunos, meriendas y postres, e incluso algún que otro plato salado como ya vimos en el solomillo de cerdo.
Ingredientes:
- 1 kilo de fresas o fresones ( a poder ser maduras)
- 500 gr de azúcar
- El zumo de un limón
Elaboración:
- Lavamos las fresas, retiramos las hojas y troceamos finitas.
- Las ponemos en un recipiente y añadimos el zumo del limón y el azúcar.
- Removemos y dejamos macerar unas dos tres horas a temperatura ambiente.
- Una vez pasado este tiempo, las fresas habrán soltado el jugo y se habrán puesto blanditas.
- A continuación las pondremos en una olla o cacerola con las paredes altas para poder remover sin quemarnos.
- Cocinamos unos 30 minutos, a fuego medio-bajo. Se irá reduciendo el jugo y la fresa se irá rompiendo en trocitos más pequeños.
- Para ayudar a que quede más fina, es importante ir removiendo la mermelada constantemente.
- Si ves que pasado ese tiempo la textura es aún muy líquida para tu gusto, déjala unos minutos más al fuego hasta que veas una textura que te convenza.
- Sin esperar a que se enfríe rellenamos los tarros (previamente lavados) y cerramos lo más fuerte posible.
- Los ponemos con la tapa hacia abajo para crear vacío y esperamos unos 5 minutos.
- Por último ponemos una olla alta con agua al fuego. Herviremos los tarros cubiertos de agua unos 20-25 minutos para esterilizarlos y que la mermelada nos aguante todo el año.
Sugerencias:
- Si os gusta una mermelada con grumos, no cortéis muy finas las fresas y remover menos.
- Por el contrario si os gusta una mermelada muy fina, una opción es pasarla por el chino una vez esté cocinada justo antes de meter en los tarros.
- Estamos acostumbrados a comer mermelada de un sólo sabor, pero las combinaciones puedes ser infinitas. Os animo a probar fresa con mora, fresa con kiwi o fresa y naranja por ejemplo.
Hasta la próxima!